Federico Mentz está lesionado, Nicolás Sánchez brilló con los "naranjas"... ¿Quién pateaba en Lawn Tennis? La solución se llama Federico Haustein. El centro estuvo endiabladamente preciso frente a los palos y su puntería fue determinante para la definición del clásico del parque. Los "benjamines" derrotaron a Los Tarcos por 35 a 27, una inmejorable manera de comenzar a defender su corona en el Regional.
Fue un triunfo merecido de Lawn Tennis, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo. La potencia de los delanteros locales y la ambición del equipo fueron los factores que inclinaron la balanza. A Los Tarcos le sobró enjundia y le faltaron ideas.
El primer tiempo fue parejo, y en general bastante deslucido. El juego se estacionó entre las líneas de 22 metros y sólo se vio un try: el de Alejandro Pérez Reid, para los visitantes. Lawn Tennis se fue al descanso ganando 13-12 porque Haustein embocó cuatro penales.
En el complemento apareció el mejor Lawn Tennis, claro para manejar la pelota y acertado en los movimientos de los delanteros. Un try-penal forzado por el scrum y otra conquista de Ramiro Rengel estiraron las cifras. Acompañadas por las conversiones y otros tres penales de Haustein, claro está.
Así fue la historia del clásico: lo ganó el que supo atacar y golpeó en los momentos justos.
Fue un triunfo merecido de Lawn Tennis, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo. La potencia de los delanteros locales y la ambición del equipo fueron los factores que inclinaron la balanza. A Los Tarcos le sobró enjundia y le faltaron ideas.
El primer tiempo fue parejo, y en general bastante deslucido. El juego se estacionó entre las líneas de 22 metros y sólo se vio un try: el de Alejandro Pérez Reid, para los visitantes. Lawn Tennis se fue al descanso ganando 13-12 porque Haustein embocó cuatro penales.
En el complemento apareció el mejor Lawn Tennis, claro para manejar la pelota y acertado en los movimientos de los delanteros. Un try-penal forzado por el scrum y otra conquista de Ramiro Rengel estiraron las cifras. Acompañadas por las conversiones y otros tres penales de Haustein, claro está.
Así fue la historia del clásico: lo ganó el que supo atacar y golpeó en los momentos justos.